Nota de la autora: Para colaborar en esta invitación me he inspirado en la pieza musical de Juan Antonio Nieto “La Lógica de las Termitas” porque me ha llevado a recordar esas horas de siesta en un pueblo de Córdoba donde pasé infancia y parte de mi adolescencia. Leyendo y escribiendo en las horas muertas de pueblo fantasma al lado de una mesa camilla devorada por las termitas.
En esas horas de silencio absoluto - roto sólo por las campanas de la iglesia - el sonido de las termitas se intensificaba. Cocina iluminada por la luz natural que entraba a través de la boca de una chimenea bordada de telarañas. Calendarios de niños comiendo sandía, cuadritos con marcos de plástico, cántaros de barro. Sillitas de madera y juguetes abandonados de pasados veranos.
“La Lógica de las Termitas” era la banda sonora de las horas de siesta profanadas por mi presencia despierta.
Lola González
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